Si no te agradas, tal vez te estés saboteando con el atuendo equivocado.

Acércate todo porque tenemos que hablarte de un momento que casi seguro que el 90% de vosotros habéis vivido al menos una vez en la vida: aquella mañana en la que, de prisa, nos cambiamos de ropa al menos 5 veces antes de salir de casa con algo que haríamos. Nunca lo he usado y que al final también está muy mal. Nos ponemos nerviosos, lo intentamos una y otra vez, y al final nos abandonamos al elemento más escondido del armario, y no por casualidad: escondido porque esperamos no encontrarlo pronto cada vez que nos sintamos así. Pero la verdad Es que todo este movimiento de intolerancia y cambios surge de un profundo sabotaje que nos hacemos a nosotros mismos: cuando no nos gustamos, cuando no somos capaces de mirarnos al espejo con ojos amables, cuando hacemos todo lo posible para sentirnos. lejos de nuestra zona de confort. Para evitar todo esto, podemos entrenar todos los días frente al espejo así:

El atuendo incorrecto afecta nuestra seguridad

Parecerá una tontería, porque si una persona tiene confianza, ciertamente no lo es por su forma de vestir, los complementos que eligen o los zapatos que usó esa mañana. También es una tontería no tener en cuenta la forma del cuerpo y cómo el hecho de elegir determinadas prendas es una forma de rendir homenaje a nuestras formas, acentuadas o no. No es tan difícil elegir un look que no realce nuestra fisicalidad. Y el paso entre esta posibilidad y sentirse "feo" frente a un espejo es realmente corto. Piensa en las acciones que realizas cada vez que estás en un camerino antes de comprarte una prenda: te la pruebas, no te queda perfecto, te la dejas. Pero a menudo te gusta tanto que no puedes renunciar a él. Entonces lo encuentras en el armario pero en realidad no se ve muy bien. Pero no porque no seas hermosa, o porque tu cuerpo tenga algún problema: simplemente porque no es para ti. Somos tantos, cada uno con un cuerpo. tan diferente a otro, cada uno con su propia belleza y una extraña e innata habilidad para no poder darte cuenta. Elegir las prendas acorde al físico seguramente te ayudará a evitar los caprichos cuando te encuentres frente al espejo .

Ver también

Cómo lucir más delgado: ¡atuendos para lucir más delgado!

Pantalones palazzo: ¡a quién le quedan bien y cómo combinarlos para quedar super chic!

Las sandalias perfectas para disimular el hallux valgus: ¡los 5 modelos más cool!

© Getty

Algunos lugares comunes para disipar sobre atuendos y fisicalidad.

A menudo sucede que cuando elegimos la ropa que nos vamos a poner, estamos limitados por la idea que el mundo tiene de la moda y lo que nos "permite" llevar. A continuación, se muestran algunos ejemplos de frases principales:

  • eres bajita, no uses faldas largas
  • si tienes estas curvas, ¡el blanco NUNCA!
  • tienes barriga? ¡Nunca pongas líneas horizontales!
  • la falda midi? ¡Solo si mides 1,90 m!

En definitiva, cada vez que nos fascina un vestido de rayas, nos entra el pánico y lo dejamos ahí en la tienda para evitar que nos ataque y nos haga ver “más gordas”! Hablemos claro: hay prendas que son buenas para quien tiene un físico más delgado, otras para quien tiene curvas. Pero si medimos 1,50, seguro que no será una falda larga la que nos hará parecer bajitos. Lo somos, y eso está bien. Como si no tuviéramos pechos, a quién le importa, o si tuviéramos caderas o muslos grandes: ¡a quién le importa! ¿Nos gustan las líneas que se ensanchan? Los usamos, punto. El sabotaje llega cuando estamos convencidos de que esa cosa no nos conviene, y lo metemos de todos modos. O cuando tenemos un cuerpo curvilíneo y queremos vestirnos a toda costa con la misma ropa que usa la modelo del anuncio. No hay ropa que no podamos ponernos, si nos apetece, pero debemos aprender a conocer nuestro cuerpo y, sobre todo, a AMARlo por lo que es. Y si no sabe por dónde empezar, siga el ejemplo de ella:

Etiquetas:  Paternidad Antiguo De Lujo En Forma