¡4 consejos para fortalecer tu cuerpo y lucir genial!

"Mens sana in corpore sano", decían los antiguos, ¡y no podría ser más cierto! El bienestar del cuerpo y el de la mente están estrechamente relacionados. Un cuerpo fuerte y sano nos permite vivir bien, sentirnos en equilibrio y en armonía con nosotros mismos.

¿Cómo fortalecer tu cuerpo para sentirte bien? Aquí hay 4 consejos básicos, simples pero importantes que lo ayudarán a vivir en la cima.

1. ¡Haga actividad física con regularidad!

Realizar actividad física de forma regular es fundamental para nuestro bienestar psicofísico. La ciencia lo afirma alto y claro: el ejercicio físico promueve un estilo de vida saludable, ¡aportando innumerables beneficios! No es necesario agotarse todos los días en el gimnasio durante horas y horas: lo importante es hacer ejercicio, aunque sea moderado, de forma regular. y continuo.

El ejercicio físico fortalece nuestro organismo, previniendo la aparición de patologías ligadas al metabolismo, cardiovasculares, neoplásicas, artrosis. Ayuda a reducir la presión en las arterias, regular el colesterol y el nivel de azúcar en sangre. Pero no solo se fortalece nuestro cuerpo, también nuestra psique: la actividad física nos brinda un bienestar de 360 ​​°, reduciendo la ansiedad, el estrés, la depresión, ayudándonos a socializar y sentirnos más a gusto con nosotros mismos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos 60 minutos diarios de actividad moderada y, durante 3 días a la semana, de actividad deportiva real para el grupo de edad de 5 a 17 años. Sin embargo, para el grupo de edad de 18 a 64 años, se requieren al menos 150 minutos de actividad moderada por semana o 75 de actividad vigorosa. Finalmente, a partir de los 65 años, las indicaciones son las mismas que para los adultos, pero con el aviso de realizar actividades orientadas al equilibrio para evitar caídas.

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2. ¡Cuida tu nutrición!

Para fortalecer tu cuerpo y sentirte bien es muy importante cuidar tu dieta. Seguir una dieta sana, variada y equilibrada, rica en alimentos que de forma natural ayuden a tu cuerpo a estar en equilibrio y a funcionar al máximo es la regla de oro del bienestar.

Una "dieta sana y equilibrada" debe ser rica en cereales, legumbres, verduras y frutas. Son alimentos ricos en almidón, fibra, vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales para la salud. Una dieta rica en estos alimentos previene la aparición de enfermedades como el cáncer y enfermedades cardiovasculares, digestivas y respiratorias.

La ingesta de grasas debe ser moderada: se prefiere el uso de sartenes antiadherentes, cocción al vapor u otro tipo de cocción; limita el uso de grasas animales al preferir el aceite de oliva virgen extra o el aceite de semillas; no exceder en frituras. También modera el consumo de azúcares y, en particular, sacarosa.

También se debe reducir el uso de sal para no favorecer la aparición de problemas en el sistema cardiovascular. El consumo diario recomendado no debe exceder los 6 g por día.

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3. ¡Obtenga vitamina D!

Tomar vitamina D especialmente en invierno, cuando nuestro cuerpo no está lo suficientemente expuesto al sol para poder producir una cantidad adecuada por sí mismo, es fundamental para nuestra salud y bienestar. La Asociación de Médicos Endocrinólogos (AME) se ha expresado claramente sobre la necesidad de suplementación con vitamina D en los casos en los que existe un déficit en el organismo, es decir, cuando los niveles plasmáticos son inferiores a la 25-hidroxi-vitamina D (25 (OH) D). .

Por debajo de este umbral, de hecho, aumenta la aparición de patologías como hiperparatiroidismo secundario, osteomalacia y osteoporosis, así como la posibilidad de padecer debilidad muscular y ataxia y el aumento del riesgo de caídas y fracturas.

Las fuentes dietéticas de vitamina D son el aceite de hígado de bacalao en primer lugar, seguido de los pescados grasos como la caballa, la anguila, el arenque, la carpa, el salmón, el esturión y la trucha. Menos ricos, pero no deben pasarse por alto, son la yema de huevo y algunos hongos, mientras que en las carnes y quesos, la vitamina D está casi ausente. Los productos lácteos, sin embargo, (especialmente leche y yogur), cereales para el desayuno, margarinas para untar, zumo de naranja y bebidas a base de soja son los alimentos que mejor se adaptan a ser fortificados según las indicaciones del “TO ME.

En Italia, la dieta de un adulto proporciona una media de unos 7,5 mcg / día (300 UI) de vitamina D; Por lo tanto, los endocrinólogos enfatizan que en los meses de invierno, cuando la exposición a la luz solar es modesta y la intensidad de los rayos UV es en gran medida inadecuada, para compensar los déficits y deficiencias es necesario aumentar la ingesta de vitamina D.

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4. ¡Recuerde siempre hidratarse!

Nuestro cuerpo está compuesto en gran parte por agua y necesita este líquido para poder mantenerse con vida. Beber mucha agua todos los días es fundamental para llevar a cabo todos los procesos físicos y químicos de nuestro organismo, desde el transporte de nutrientes hasta su absorción, desde la regulación de la temperatura corporal hasta la eliminación de residuos y mucho más.

Para fortalecer tu cuerpo, no olvides beber 2 litros de agua al día, tratando no solo de saciar la sensación de sed, ¡sino de prevenirla! Es mejor beber con frecuencia, pero en pequeñas cantidades y lentamente, especialmente si el agua está fría.

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