La rutina de belleza para pieles maduras

Nuestra piel siempre necesita una gran atención e hidratación constante, a cualquier edad. Más aún cuando los signos del envejecimiento comienzan a hacerse evidentes y profundos, sin embargo, es fundamental cuidarlos de forma correcta y escrupulosa.

Con el paso de los años -y especialmente después de la menopausia- cesa la producción de hormonas estrógenas y esto implica, entre otras cosas, una disminución progresiva de la elasticidad, brillo y firmeza de la epidermis.

No hay necesidad de entrar en pánico y desesperación, o necesariamente recurrir a costosas cirugías cosméticas. Todo lo que se necesita es un cuidado diario cuidadoso y preciso, que incluye productos diseñados específicamente para pieles maduras y gestos diarios que no deben olvidarse.

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¿Cómo intervenir?
De forma dirigida, cuidadosa y constante. De poco sirve prestar atención a la piel del rostro de vez en cuando y sin favorecer los tratamientos adecuados. La perseverancia es fundamental, al igual que la elección de los productos más adecuados.

¿Donde empezar?
Una correcta rutina de belleza comienza por la mañana, con una buena leche limpiadora que elimina las impurezas formadas durante la noche. Este sencillo, pero fundamental gesto, también se repetirá por la noche, sobre todo si solemos maquillarnos durante el día.

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Una vez finalizada la limpieza es el momento de proceder con el sérum, un auténtico elixir de belleza, capaz de amplificar e intensificar los resultados del siguiente tratamiento: la crema de día hidratante. Debe ser altamente nutritivo y diseñado específicamente para pieles que ya no son jóvenes y, por lo tanto, más “sedientas”. Es importante que también cuente con un filtro solar adecuado, para limitar los efectos nocivos del sol sobre la piel.

La crema de día debe extenderse con movimientos circulares de abajo hacia arriba y comenzando por el cuello; De esta forma contrarrestaremos el inevitable "efecto de gravedad" y nutriremos en profundidad la epidermis sin apelmazarla, pero dejando una agradable sensación de confort en el rostro.

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Al final del día, después de la limpieza antes mencionada, será el momento de aplicar la crema de noche, capaz de actuar cuando la piel cansada es más reactiva y, por tanto, más lista para absorber los nutrientes activos contenidos.

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Un estilo de vida saludable
Además de las acciones esenciales relacionadas con el cuidado de la piel, es importante enfatizar que un estilo de vida saludable también ayuda a mantenerse joven y en forma. Luz verde por tanto a una dieta correcta y equilibrada y una actividad física constante. ¡Rostro, cuerpo y mente te lo agradecerán!