¿Te asusta el sexo? Podría ser sexofobia

El término sexofobia indica el miedo a enfrentar cualquier acción o pensamiento relacionado con la sexualidad.
Los miedos relacionados con el sexo son muchos y pueden afectar tanto a los aspectos puramente anatómicos como fisiológicos del aparato genital o los actos legales de las relaciones sexuales.

El rechazo fóbico al sexo concierne generalmente a individuos inmaduros, que no han alcanzado un equilibrio psico-sexual y que, por tanto, consideran con injustificada adversidad todo aquello que, directa o indirectamente, pueda tener relación con la sexualidad.

Algunos miedos sexuales, que en algunos casos luego se convierten en patologías reales, están vinculados al trauma infantil, mientras que muchos derivan del sentimiento de culpa que los prejuicios sociales, una educación demasiado rígida o unas normas religiosas a veces demasiado restrictivas, contribuyen a formar desde temprana edad. Los niños pronto se dan cuenta de que la sexualidad es algo mejor de lo que no hablar abiertamente, algo "sucio", algo de lo que avergonzarse y esto a veces compromete una sana maduración psicológica ligada al sexo.

Sexofobia: los síntomas
En la sexofobia existe un rechazo de las sensaciones eróticas en general, o de algunas actividades o sensaciones específicas relacionadas con el sexo. Una fobia sexual, como ocurre en todos los demás tipos de fobias, es intensa, ilógica, persistente y por tanto da lugar a reacciones incontrolables.

Cuando es muy acentuada, la sexofobia conduce a fenómenos de evitación real y también al aislamiento social: en las formas más graves, de hecho, los sujetos son incapaces de desarrollar una vida relacional normal, son incapaces de construir una relación de pareja sólida y, a nivel de trabajando, no pueden tener relaciones normales con colegas del sexo opuesto.

Esta fobia a menudo conduce al desarrollo de trastornos obsesivo-compulsivos, o incluso formas graves de depresión, causadas por el bloqueo de la libido y las emociones.

Antes de terminar la lectura del artículo, es importante tomar conciencia de otro tipo de fobia o el miedo a amar. ¡Mire este video para entender más!

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Sexofobia: cómo curar
Dependiendo de la gravedad y complejidad de las fobias sexuales, se puede intervenir con psicoterapia o con fármacos antidepresivos, o incluso mediante una combinación de las dos terapias.

La ansiedad que precede a una situación sexual fóbica puede reducirse con una desensibilización directa y sistemática hacia el estímulo inductor de ansiedad. Esto requiere el uso de ejercicios sexuales graduales dentro de una terapia sexual integrada o terapia cognitivo-conductual que permitan al sujeto exponer gradualmente las situaciones temidas, con el fin de limitar sus reacciones automáticas, hasta que desaparezcan.

Muy a menudo también es necesario informar a los sujetos de la sexualidad, generalmente poco conocidos por el sujeto, que deben ser tranquilizados y apoyados.

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