Ahorro de tiempo en el trabajo

Limite el tiempo dedicado a los correos electrónicos
Elija un momento del día para dedicarlo a los correos electrónicos. En lugar de ser molestado cada cinco minutos por la alerta de mensajes de Outlook, abra su correo electrónico solo por la mañana, cuando llegue a la oficina, y dedíquese a los correos electrónicos durante media hora. Luego, cierre su correo electrónico. No lo vuelva a abrir más de una o dos veces al día.


Desenchufe el telefono
Es difícil concentrarse en una práctica cuando el teléfono no deja de sonar. Si quiere estar callado, encienda el contestador automático. Si no tiene un contestador automático, acuerde con un colega: puede contestar el teléfono y tomar los mensajes por la mañana y usted hará lo mismo por ella por la tarde. Una vez que hayas terminado el trabajo más urgente, echa un vistazo a tus mensajes y, si es necesario, vuelve a llamar a quien te estaba buscando.

Planifica tus descansos
Una vez más, Cristina se abalanzó sobre tu despacho, café en mano, para contarte lo que vio anoche por televisión. El problema es que aún te quedan 12 expedientes por terminar, una presentación por preparar y un cliente por conocer hoy. No puede permitir que su oficina se convierta en el punto de encuentro para la pausa del café para todos los colegas conversadores que encuentre. Para estar tranquilo, pida a sus compañeros que le llamen antes de pasar o, mejor aún, que le envíen un correo electrónico. O decida con ellos un momento para reunirse con todos en la máquina de café.


Suponer
Evite trabajar con prisa tanto como sea posible. La mayoría de las veces, los plazos para las prácticas son a largo plazo. En lugar de ponerlo una semana antes de la fecha límite, comience a lidiar con una práctica con 6 semanas de anticipación, dedicándole una o dos horas al día. Esto te permitirá evitar sorpresas desagradables en el último minuto.

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Haz una lista jerárquica de tus compromisos.
En jerga profesional hablamos de "lista de tareas pendientes": es la lista de cosas que tienes que hacer. En lugar de tener todo en mente, su horario, anótelo en un papel. Escriba todo lo que necesita hacer, desde las cosas más urgentes e importantes hasta los detalles poco exigentes y triviales. Organice todo jerárquicamente, subrayando las cosas más urgentes y eliminándolas a medida que las hace. De esta forma, podrás gestionar mejor la organización de tus compromisos y evitar olvidar algunos de ellos.


Ahorre algo de tiempo para lo inesperado
Si siempre trabaja con prisa, no hay tiempo en su día para una práctica adicional o una reunión no programada. Desafortunadamente, en el trabajo, las cosas nunca salen como pensaba y, a menudo, ocurre una situación inesperada entre su cabeza y cuello. Y luego, el pánico. Evite el estrés reservando un momento del día para dedicarlo a lo inesperado.

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