Criopreservación social

Sin embargo, esperar podría convertirse en un problema a largo plazo. Porque siempre debemos recordar que a lo largo de los años, la cantidad de ovocitos en los ovarios disminuye debido a un proceso natural. El número máximo de ovocitos (6-7 millones) está presente en el feto femenino alrededor de la semana 20 de gestación. Ya al ​​nacer, sin embargo, la niña tiene una cantidad mucho menor de ovocitos (1-2 millones), una cantidad que se convertirá en 300/5000 mil en la pubertad, 25 mil a la edad de 37, y finalmente solo 1,000 ovocitos a la edad de 37. edad de 51 años. Por tanto, es posible recurrir a la crioconservación de óvulos, que en Italia se lleva a cabo en los centros de salud pública solo para pacientes con riesgo de menopausia prematura por motivos de salud. En este caso se trata de mujeres o niñas que padecen enfermedades como cánceres, endometriosis, quistes ováricos recurrentes cuyas terapias pueden conducir a la infertilidad.

La búsqueda tardía del embarazo se ha convertido en un problema social en la sociedad moderna y está en el origen de muchos de los problemas reproductivos encontrados en el campo de la reproducción asistida. De hecho, la fertilidad de una mujer disminuye progresivamente con la edad, ya que el patrimonio ovocitario de cada mujer ya está determinado al nacer y con el paso de los años se produce un empobrecimiento progresivo del número de ovocitos remanentes y un deterioro progresivo de su calidad que se traduce en un aumento dificultad a lo largo de los años para quedar embarazada y llevarlas a término. Por ello hoy, a partir de la experiencia obtenida con la procreación asistida en el campo de la criopreservación de ovocitos y de las experiencias de almacenamiento a largo plazo de ovocitos en pacientes cuya futura fertilidad se vio comprometida por tumores y quimioterapia, la posibilidad de preservar sus propios ovocitos en una edad temprana para poder posponer la maternidad superando los futuros problemas de fertilidad relacionados con el envejecimiento. Este tipo de intervención se denomina "congelación social" en los países anglosajones, es decir, congelación y almacenamiento de ovocitos por motivos sociales.

¿Cómo funciona el proceso? La estimulación hormonal se lleva a cabo para que el ovario ponga unos diez huevos. No basta con congelar un óvulo para tener un hijo, la garantía se da con 20. Luego se extraen los óvulos de los ovarios con una jeringa bajo anestesia local y se congelan. De lo contrario, el tejido ovárico también se puede congelar para autotrasplante una vez que se haya curado la enfermedad. De forma análoga a lo que ocurre en la fecundación in vitro, primero se somete a la paciente a una estimulación hormonal que consiste en la autoadministración diaria de hormonas para inducir el crecimiento de un número adecuado de folículos y por tanto la maduración de un número de óvulos considerados suficientes para la intervención. Después de aproximadamente 10-15 días de terapia, bajo anestesia local y de forma ambulatoria sin necesidad de hospitalización, como los pacientes sometidos a fertilización in vitro, los ovocitos se recolectan, analizan y criopreservan.
Los huevos se pueden congelar indefinidamente. La técnica más innovadora es la vitrificación: con la congelación, el agua se convierte en vidrio en lugar de hielo y causa menos daño a los huevos.

Pero cuidado: a partir de los 50 años, el embarazo puede poner en peligro la vida de una mujer. Sin embargo, es mejor optar por hacerlo primero. Pero, teniendo en cuenta que después de los 35 la fecundidad desciende drásticamente y después de los 44 es cero, es una forma de posponerla.
Para utilizarlo es imprescindible contactar con centros especializados en fertilización asistida. En cuanto a la congelación social, generalmente solo lo hacen los privados.

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