Tener un hijo después del cáncer: cómo preservar la fertilidad

Gracias a los avances en la investigación del cáncer, contraer cáncer para una mujer de hoy es ciertamente menos dramático que hace unas décadas.

La supervivencia a cinco años para cánceres frecuentes, como el cáncer de mama, de hecho, tiene porcentajes muy altos, alrededor del 87% (fuente AIRC).

El cáncer se cura, pero esta evidencia positiva abre el camino a consideraciones de otra índole, haciendo necesario afrontar nuevos retos en aspectos de salud y calidad de vida no estrictamente relacionados con la enfermedad en sentido estricto.
En particular, es en términos de terapias y sus efectos en el cuerpo femenino que el tema se vuelve delicado. La Dra. Stefania Amicucci, Especialista en Ginecología y Obstetricia de los Centros Médicos GynePro, enfatiza en este frente la importancia de proteger la fertilidad en pacientes sometidas a quimioterapia o radioterapia, pero explica que muchas veces la información al respecto es inadecuada.

El principal objetivo de las terapias contra el cáncer debe ser necesariamente ofrecer altas tasas de supervivencia, pero sin dejar a un segundo plano un aspecto igualmente importante: garantizar a los pacientes buenas perspectivas de una vida futura plena y satisfactoria. Para las mujeres que aún son jóvenes, esto puede significar, entre otras cosas, retener la posibilidad de tener hijos.

Realizar todos los esfuerzos posibles para proteger la fertilidad de la paciente afectada por el cáncer debe representar, por tanto, una obligación ética y moral real de los Especialistas, y debe destacarse correctamente que la acción gonadotóxica de los tratamientos anticancerosos expone al paciente oncológico (esto se aplica tanto a la sexos, de hecho) en riesgo real de infertilidad futura.

Hablando específicamente de la fertilidad femenina, todas las mujeres en edad reproductiva deben, antes de someterse a una terapia antineoplásica, recibir una asesoramiento ajustado por el especialista.

El acceso rápido y sencillo a un programa de protección de la fertilidad significa poder contar con la asistencia de un equipo multidisciplinar formado por oncólogos, especialistas en medicina reproductiva y psicólogos. Estos especialistas, trabajando en sinergia, deben informar a la paciente del riesgo de que se produzca una menopausia precoz después del tratamiento contra el cáncer, o que, incluso si se conserva la función ovárica, su fertilidad aún podría verse comprometida.

Daño ovárico y criopreservación

La extensión del daño ovárico está relacionada no solo con la dosis y el tipo de radio o quimioterapia, sino también con la edad de la paciente en el momento del diagnóstico de cáncer y, finalmente, con su reserva ovárica. Una herramienta útil para evaluar la extensión del daño ovárico es la dosis sanguínea de AMH (hormona antimülleriana), considerada el marcador más confiable de reserva ovárica. La estrategia de protección de la fertilidad más extendida actualmente en la práctica clínica es la criopreservación de ovocitos, para lo cual la paciente debe disponer del tiempo necesario para realizar la estimulación ovárica antes de iniciar la terapia antineoplásica.

En los casos en los que esté contraindicado posponer la terapia contra el cáncer, o la paciente se encuentre en edad prepúber, la única opción posible es, en cambio, la criopreservación del tejido ovárico, que ya ha dado lugar al nacimiento de muchos niños sanos tras el reimplante preliminar de tejido ovárico. .se quitado y congelado.

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¿Que información? El papel del asesoramiento oncológico

Lamentablemente, la situación real de hoy sigue siendo muy diferente de la que se esperaba.
De hecho, varias encuestas revelan que muchos pacientes europeos y estadounidenses reportan experiencias negativas con respecto a la asesoramiento sobre fertilidad futura: se quejan de conversaciones apresuradas, la incapacidad de hacer a los Especialistas todas las preguntas que les gustaría, así como explicaciones poco claras e información incompleta sobre las estrategias de preservación de la fertilidad disponibles en la actualidad.
Ya en 2006, la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica emitió recomendaciones para la protección de la fertilidad, indicando que los propios oncólogos deberían discutir las posibles opciones de preservación de la fertilidad o derivar a los pacientes a especialistas en reproducción. Sin embargo, desafortunadamente, muchos sobrevivientes de cáncer informan que no han recibido ninguno. asesoramiento antes del tratamiento antineoplásico, ni haber tenido la oportunidad de someterse a tratamientos de protección de la fertilidad, como demuestra un reciente estudio estadounidense publicado en la revista científica Cáncer.

Algunas de las entrevistas realizadas también destacaron cómo el conflicto en la toma de decisiones y los sentimientos de arrepentimiento son menos frecuentes entre quienes recibieron información completa antes de iniciar la terapia.
Por tanto, queda claro por qué las mujeres que están a punto de iniciar un tratamiento oncológico deben recibir del médico toda la información posible sobre el riesgo de infertilidad futura: un apoyo concreto que les ayude a elegir la solución más correcta para la posible protección de su fertilidad, sin futuras recriminaciones.

Editado por Portal de salud Y Progesti.it

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