Tener sexo es bueno, ¡tener más que otros es mejor!
La felicidad y el placer en relación con la vida sexual de uno, argumenta Wadsworth, pueden aumentar o disminuir dependiendo de cómo los individuos se perciben a sí mismos para compararlos con sus pares.
La correlación entre felicidad y alta frecuencia sexual es constante en todas las personas, pero quienes creen tener una vida sexual menos satisfactoria en términos de frecuencia que sus pares son menos felices que quienes creen tener una vida sexual como la de los demás. o mejor.
¿Cuánto sexo hay que tener, entonces, para estar en la cima de la felicidad? No existe una medida objetiva, según este estudio lo importante es que el sexo que tenemos es, sin embargo, más de lo que pensamos que hacen los demás.
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