A los 12 años se enfrentan a la cárcel por Snapchat
Los alumnos de Saddleworth Middle School, Manchester, están obsesionados con Snapchat, al igual que la mayoría de los jóvenes italianos. Este éxito se debe en parte a los numerosos filtros que enamoran a grandes y pequeños, en parte a la garantía de que los contenidos se eliminarán a las 24 horas y que, si se envían de forma privada, solo serán visibles dos veces.
¡Mira cómo se divierte esta señorita!
La Generación Z, que incluye a los nacidos entre 1995 y 2010, descubre y profundiza en la sexualidad en las redes sociales ya que ahí es donde pasan la mayor parte de su tiempo. El problema, sin embargo, es que ve Internet como un entorno tan cómodo que no se da cuenta de los peligros.
Algunos estudiantes enviaron fotos desnudas de sus primeros amores, quienes, luego de tomar una captura de pantalla, divulgaron las tomas en Snapchat. El social del fantasma blanco, de hecho, no te permite ver el mismo contenido varias veces pero permite copiar la pantalla. El remitente recibirá una notificación de que se ha realizado la copia, pero ya será demasiado tarde, la foto comprometida ya estará en el teléfono móvil de otra persona y esto hará que sea difícil (si no imposible) eliminarla.
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La policía fue informada de la situación y los agentes interrogaron de inmediato a los alumnos que aparentemente no tenían idea de la gravedad de sus acciones. A los 12 años corren el riesgo de 10 años de prisión pero no solo: podrían ser incluidos en el registro de delincuentes sexuales, manchando para siempre sus antecedentes penales.
Los agentes, esta vez, decidieron no usar el puño de hierro ya que los chicos desconocían las consecuencias. Todo se resolvió con una reunión con los padres, a quienes se les recomendó encarecidamente que echaran un vistazo a los celulares de sus hijos, y con una breve lección de derecho a los alumnos: distribuir fotos privadas sin el consentimiento de las personas retratadas es absolutamente ilegal.
Lamentablemente, el caso no es aislado y temas similares pueden tener consecuencias trágicas, que van desde el ciberacoso hasta la depresión, llegando incluso a prácticas extremas como el suicidio.
Todo, por supuesto, depende de la forma en que las personas se acerquen a la web. Algunos han hecho de Instagram, el hermano mayor de Snapchat, una profesión real, vistiendo a sus hijas como si fueran estrellas de Hollywood, mientras que otros lo usan de una manera diferente y publican solo lo esencial.
Hay que admitir que las redes sociales no tienen implicaciones única y exclusivamente negativas. Algunas se utilizan para compartir recetas, otras están destinadas a mostrarnos paisajes impresionantes y otras nos permiten mirar de cerca a nuestras estrellas favoritas. Es necesario educar a los niños para que los utilicen de la mejor manera, a fin de evitar daños.
