¿También le das nombre a tus cosas? ¡Este es el por qué!

¿Quién de nosotros no le ha dado un nombre a un objeto? Llenamos cosas inanimadas con nombres, y no, no solo cuando éramos niñas. Hoy nuestros coches tienen un nombre, nuestra orquídea, el frigorífico, el mechero ... etc. Pero ¿por qué tenemos este impulso de animar lo inanimado? A medida que averiguamos por qué, veamos cómo hacer artículos de bricolaje para decorar la habitación:

1. Damos nombre a los objetos cuando se parecen a un ser humano

Sí, nombramos objetos que tienen características humanas. Esos objetos, que parecen tener ojos y boca, y por lo tanto parece correcto hacerlos 100% humanos (parlantes estéreo, ventanas en edificios, cabinas telefónicas, faros de automóviles). ¿Y como si no tuviera nombre? Las características humanas son bastante comunes en los objetos y esto lleva nuestra mente al siguiente paso ...

Ver también

¡Aquí se explica cómo hacer amigos en 6 sencillos pasos!

Ir a vivir solo: todo lo que necesitas saber

¿Cuántas cosas cambian entre los 20 y los 30 años? Cargando ...

vía GIPHY

2. Nombramos objetos si hay un cariño particular

El apego a un objeto que amamos da lugar al bautismo en todo y para todos, cada uno de nuestros diarios escolares tenía un nombre propio, era algo inanimado, pero lo animábamos casi todos los días. Y esto sucede cada vez que establecemos un vínculo con algo, nos apegamos a él y sentimos el deseo de hacerlo nuestro, dándole un nombre propio elegido por nosotros, como lo haríamos con un niño. Parecería entonces que es más probable dar nombre a objetos de los que también hablamos en público, y por eso los objetos cotidianos, como cepillos de dientes, duchas, cepillos, ollas y cucharones están menos sujetos a esta tendencia.

3. Nombramos objetos si no cumplen con nuestras expectativas

Ocurre que cuando usamos mucho algo, por ejemplo nuestro coche, nuestra planta favorita, la copa del corazón etc., no somos conscientes de haberlos humanizado hasta que defraudan nuestras expectativas. En ese momento la sensación de decepción llega a hacernos volvernos hacia estos objetos en primera persona, como si fueran viejos amigos que nos hubieran abandonado en momentos de necesidad. Al asociar el comportamiento de los seres humanos, ligado a la imprevisibilidad, humanizamos nuestras cosas, dándoles personalidad.

Cargando ...

vía GIPHY

¿Un objeto al que no podemos evitar darle un nombre? Nuestros zapatos favoritos, mira cuáles te conquistarán este invierno:

Etiquetas:  Cocina Belleza En Forma