Obsesionada con la cirugía estética, se inyecta aceite de cocina: este es el resultado.

¿Con qué frecuencia escuchamos historias de niñas que persiguen ideales de belleza poco realistas, a menudo arruinándose a sí mismas?
Hang Mioku es una de estas chicas. Joven y prometedora modelo, Hang está obsesionada con la idea de que su piel no es lo suficientemente tersa, así que a los 28 años se somete a su primera cirugía estética y poco después, no contenta, se traslada a Japón para continuar con los tratamientos.

© providr

Después de algunas visitas y operaciones, los médicos se niegan a continuar: su rostro comienza a hincharse y su estado de ánimo empeora. Preocupada por un posible colapso psicofísico, su cirujano plástico le impide regresar al hospital y le aconseja que consulte a un psicólogo. Hang, sin embargo, no puede detenerse y toma una decisión drástica: continuar los tratamientos solo.

Ver también

11 cosas para hacer cuando estás solo

La historia de la anticoncepción en 10 absurdas opciones: del pan rallado a l

© providr

Inicialmente, compre silicona en el mercado negro. Demasiado caro y difícil de recuperar, lo reemplaza con un ingrediente que puede comprar fácilmente en el supermercado: aceite de cocina, la mezcla es increíblemente dañina y esa piel que siempre quiso más tersa ahora está irreparablemente dañada.

© providr

Hang Mioku hoy es irreconocible. Dada la cantidad de sustancias que se ha inyectado en la cara, es casi imposible pensar en una nueva cirugía para remediar los desastrosos efectos de su obsesión.
Aprendemos de ella y aprendemos a amarnos a nosotros mismos tal como somos.

Etiquetas:  Realidad Estrella Paternidad