¿Pareja en traje? Llega la crisis

Ella en casa con overol, pantuflas, desmaquillado y el pelo en desorden y Él a quien no le importa en absoluto la barriga que asoma, la barba creciente y el calcetín blanco omnipresente. Un clásico que, sin embargo, corre el riesgo de socavar uno de los componentes fundamentales de la relación: el eros.

Ciertamente en las mujeres esto es más "llamativo", porque el cuidado del cuerpo y la apariencia se le atribuye más tradicionalmente, pero incluso el hombre descuidado, para quienes viven de cerca, tiene su propia fuerza de impacto, obviamente negativa.

En estos casos tendemos a confundir intimidad con descuido, compartir con descuido y falta de respeto al otro. Manifestación puramente externa que, sin embargo, implica procesos mentales muy específicos que, no pocas veces, conducen a colapsos o búsqueda de atención fuera del ménage a dos.

Dado que es fundamental y natural sentir a la pareja como un espacio en el que poder mostrarse libremente en la vida cotidiana, no se debe olvidar que el cuidado no entra en conflicto con la comodidad y también hay que tener siempre presente que la El socio al principio quería que nosotros "también" tuviéramos la forma en que nos veíamos. Si bien es cierto que con el paso de los años inevitablemente cambiamos, también es cierto que el autocuidado es independiente de la edad y del paso del tiempo.

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