Cómo comportarse al discutir

Restaurar el diálogo

Muy a menudo, las discusiones se paralizan, porque los interlocutores quieren interrumpirlas poniendo la cabeza en la arena. Si esta solución tiene el mérito de evitar los gritos, al mismo tiempo sofoca cualquier forma de comunicación y, por tanto, cualquier esperanza de resolver la situación. Sé más inteligente que tu oponente: después de unos minutos, unas horas o unos días de silencio, intenta enmendar el diálogo. Aproveche este tiempo de reflexión para hacer un balance de la situación.

¿La mejor manera? Si escribe bien, envíe un correo electrónico resumiendo el problema y las diversas opiniones y luego proponga soluciones. Las palabras escritas en una hoja, aunque virtual, te permiten no ser interrumpido y estructurar mejor tus ideas sin confundirte.

Baja el tono
¿Por qué gritamos? Al parecer lo hacemos para hacernos oír. Por supuesto, es la mejor solución advertir a todo el edificio que hay un incendio en el tercer piso, pero durante una discusión tormentosa, ¡es lo último que se debe hacer! No solo correríamos el riesgo de perder la voz, sino que nuestro interlocutor tenderá a gritar más fuerte que nosotros para tapar nuestras palabras con su voz ... ya no se entenderá nada y los gritos se superpondrán. ¡Sin mencionar el hecho de que perderíamos credibilidad y pasaríamos por histéricos!

¿La mejor manera? Actuamos como políticos que, asesorados por expertos en comunicación, logran, en la mayoría de los casos, mantener la cabeza fría. Si bajamos un tono nuestra voz en comparación con nuestro interlocutor, en primer lugar no nos pondremos nerviosos. Nuestra aparente calma lo desestabilizará y podremos expresar mejor nuestra idea.

Se necesita algo de humor

¿Alguna vez has notado que a veces el hecho de bromear un poco ayuda a aliviar la tensión? Siempre nos salva una pequeña dosis de humor, permitiéndonos restar importancia. Por supuesto, no será suficiente para solucionar el problema, sino para disminuir su intensidad y restablecer un buen nivel de comunicación. Pero tenga cuidado de no confundirlo con la ironía, que podría irritar al interlocutor.

¿La mejor manera? Elige el momento adecuado para sonreír, decir un chiste o cambiar de tema para distraer la atención unos segundos: un ridículo tono de llamada del móvil, una silla que hace un ruido extraño, un resbalón ...

Ponte en el lugar del otro

Durante un conflicto, todos piensan en sus propios intereses y afirman el punto de vista que parece el correcto. A menos que se trate de un egoísta, una persona incapaz de cuestionarse a sí misma, para quien cualquier medio es bueno para lograr sus objetivos. Una persona que, por ejemplo, se adelanta a todos cuando hace cola para ser atendido primero, no será sensible a ningún argumento.

¿La mejor manera? Debemos intentar ponernos en la piel del otro para comprender mejor su punto de vista y, posiblemente, cambiar el suyo. Debemos tratar de ser justos y no debemos evitar decir: "Te comprendo". Esta expresión es mágica porque permite equilibrar el debate.

Sea cortés

No es fácil no responder a una persona nerviosa que realmente no quiere escucharnos, y que nos llena de insultos y amenazas. Realmente no seríamos muy creíbles si comenzáramos a responderle de la misma manera. ¡Bien podríamos ponernos manos a la obra!

¿La mejor manera? Necesitamos mantener la calma, respirar profundamente y decirnos a nosotros mismos que gritaremos más tarde cuando estemos solos. Deja que deje de gritar y, una vez pasado el momento de la crisis, pregúntale: “¿Terminaste? ¿Esta mejor ahora? ¡¿Podemos seguir hablando de forma civilizada ?! ”.

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