¡5 ejercicios de espejo para amar tu cuerpo!

Amar a tu cuerpo no es fácil, o al menos no es fácil para todos. Hoy, pues, parece ser aún más difícil: los medios, las redes sociales, la publicidad nos bombardean con imágenes de cuerpos retocados, llevándonos a compararnos con muy pocos físicos reales que, sin embargo, parecen dictar los cánones de una belleza que parece casi inalcanzable.

Amar tu cuerpo en un contexto similar se convierte casi en una "empresa si olvidas que" el único valor verdadero de la belleza es la singularidad: cada uno de nosotros es diferente y cada uno es hermoso a su manera, no hay reglas ni criterios que cumplir. !

Según los expertos, más del 90% de las mujeres no pueden amar su cuerpo, no están satisfechas con su cuerpo cuando se miran al espejo. A menudo, esta visión alterada de uno mismo conduce a alteraciones de la imagen corporal real, que nos llevan a vernos siempre inadecuados cuando nos miramos a nosotros mismos.

El truco para aprender a amar tu cuerpo, entonces, está en poder transformar el espejo de enemigo a aliado real. Para hacer esto, tómate un tiempo para ti y ponte a prueba con los 5 ejercicios que te recomendamos.

1. Para amar tu cuerpo, necesitas saber cómo mirarlo.

Para aprender a amar tu cuerpo es importante saber mirarlo sin criticarte y llenarte de comentarios negativos. Si estás acostumbrado a menospreciarte y a hablar de todos los colores porque no te gustan tus piernas o el color de tu piel, tu nariz o tu trasero, prueba este ejercicio ahora.

Todo lo que necesita es un espejo, posiblemente de cuerpo entero, que le permita observarse de la cabeza a los pies. Párate frente a tu reflejo, sin distracciones, e intenta respirar profundamente para aliviar la tensión, como si se tratara de una especie de meditación.

Ahora concéntrate en lo que ves. Observa todos los detalles de tu cuerpo con la máxima objetividad, sin emitir ningún juicio. Se trata de aprender a mirarte a ti mismo mientras reprimes las críticas. Al principio puede sentirse muy incómodo, casi como si no conociera a la mujer en el espejo. Estamos tan acostumbrados a no vernos realmente a nosotros mismos, sino a un ideal inexistente con el que nos relacionamos, que en el momento en que realmente podemos mirar ¡en nosotros mismos la sensación puede volverse alienante!

Este ejercicio debe repetirse durante varios días seguidos, hasta que sienta que esa sensación de incomodidad e incomodidad frente a sí mismo se desvanece y comience a verse como realmente es, en su espléndida singularidad.

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2. Amar tu cuerpo significa mostrar gratitud

Una vez que haya aprendido a mirarse en el espejo sin emitir juicios ni críticas, puede continuar con este segundo ejercicio. Párate siempre frente al espejo, respira hondo y despeja tu mente de imágenes de cuerpos perfectos y prejuicios sobre ti mismo.

En este punto, se trata de concentrarse y reflexionar sobre todo lo que su cuerpo hace por usted. Lo damos por sentado, ¡pero no lo es! ¿Odias tus piernas? Piensa en todo lo que te han dado: paseos románticos, baño en el mar, la simple posibilidad de ir a donde quieras. En lugar de despreciarlos, intente agradecerles. Muestra gratitud a tu cuerpo, ¡es fundamental aprender a amarlo!

Así que concéntrate en lo que generalmente no te gusta de ti mismo y encuentra una razón para dar las gracias. Al principio será difícil, no encontrarás las razones correctas, pero créeme: siempre están ahí. ¡Incluso las arrugas tienen sus razones y pueden convertirse en espléndidos testigos de una vida llena de emociones por las que solo estás agradecido!

3. Pregúntate en el espejo qué te gusta de tu cuerpo.

Ahora, sin embargo, ¡concéntrate en lo que no te gusta! Este tercer ejercicio para aprender a amar tu cuerpo frente al espejo requiere un esfuerzo extra, ¡el de intentar decir lo que te gusta en lugar de tu cuerpo!

No niegues con la cabeza: sabemos que es mucho más fácil decir lo que odiamos o queremos cambiar de nuestro cuerpo que lo que amamos. El esfuerzo radica precisamente en esta investigación. Para amar tu cuerpo tienes que amarte a ti mismo, así que sé amable con tu reflejo: busca un detalle que te guste. Empiece por eso para reevaluar su cuerpo en su totalidad.

Al entrenar en el espejo para enfocar la atención en tus fortalezas en lugar de en tus defectos, día tras día podrás ver las primeras de una manera cada vez más clara y evidente ¡Realmente es solo un pequeño ejercicio!

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4. Recuerda una situación en la que sentiste tu cuerpo amado.

A todos nos ha sucedido, al menos una vez en la vida, recibir un cumplido de una persona que admiramos, respetamos o amamos, cuyo juicio, en otras palabras, nos importa. Luego párese frente al espejo, cierre los ojos e intente recordar ese momento.

Trate de recordar cada pequeño detalle: el entorno en el que se encontraba, el color que vestía, las sensaciones físicas que sintió después de recibir ese cumplido. Trate de revivir ese momento identificándose totalmente con él.

En este punto intenta atribuir un color a tus sentimientos y emociones de bienestar y añádelo a ese recuerdo, hasta que todo parezca estar impregnado de ese mismo color.

Abre los ojos y mírate ahora al espejo, sintiendo ese aura del mismo color encima y alrededor de ti, como si fuera un halo de energía positiva que te envuelve, con el que impregnar toda tu imagen en el espejo. Lo más probable es que tengas que sonreír. Tu inconsciente está memorizando ese sentimiento positivo y, si repites el ejercicio de forma constante, aprenderá a asociarlo con tu propia imagen.

5. Aprende a amar tu cuerpo con la técnica de la afirmación.

Y finalmente, aquí estamos en el quinto ejercicio para amar tu cuerpo. Este es un ejercicio que debes hacer todas las mañanas nada más levantarte, para darte un buen impulso de autoestima y ¡empezar el día de la mejor manera posible! Levántese de la cama y párese frente al espejo. Mírate directamente a los ojos, suspendiendo todo juicio de tu cuerpo, y repite que te amas tal como eres.

Repite la afirmación una y otra vez hasta que sientas que la has interiorizado por completo. Quizás las primeras veces pueda parecer ridículo, pero si lo haces creyendo que realmente funcionará. Muy bien puedes variar tus afirmaciones para hacer frente al espejo, en base a las que sientas más tuyas, más importantes para ti. Comienza con los que nunca soñarías con decirte a ti mismo o que realmente haces tanto, tanto esfuerzo incluso pensando en cómo te refieres a ti mismo. Estas son las declaraciones correctas.

Puedes decirte a ti mismo que te amas más cada día, que estás enamorado de ti mismo y de tu cuerpo, que respetas tu cuerpo y le estás agradecido, que lo cuidas con cada una de tus acciones, que tu belleza interior es reflejado en el interior. Inspirándote en estas frases de amor de nuestro álbum: ¡antes de dirigirlas a una pareja es importante que aprendas a dirigirte a ti mismo!

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