Relación padre e hijo: los secretos para mejorarla

Los padres deben estar presentes en cada momento clave de la vida de sus hijos para que sean conscientes de su crecimiento tanto física como mentalmente. Es importante no perderse ningún evento importante, como el cumpleaños, la final del equipo de fútbol donde juega o la fiesta de fin de curso escolar. Si compartes tu tiempo con ellos desde la infancia, tendrás menos problemas de comunicación, especialmente durante la adolescencia.

Consejos para mejorar la relación entre padre e hijo

1. Diálogo: para que la relación padre-hijo funcione, el padre debe transmitir confianza y seguridad en su vínculo al hijo, desde los primeros años de vida. De hecho, durante la adolescencia, los jóvenes atraviesan una etapa mucho más compleja. Los padres suelen tener conflictos con los jóvenes por la carga emocional que tienen durante este período. Por ello, es importante que se sientan seguros para hablar de todos. las situaciones con sus familiares.
2. Confianza: por otro lado, la apreciación de un niño siempre tiene un fuerte impacto, sobre todo porque influirá en la forma en que ama y siente placer, y determinará, en gran medida, el conjunto de relaciones que tendrá. en el futuro tanto con hombres como con mujeres. En definitiva, la figura paterna debe llevar al niño a tomar conciencia del mundo que lo rodea. Su ausencia puede provocar inevitablemente cierta carencia y desequilibrio en el niño.
3. Etapas: Comprenda que hay muchas etapas en la vida de un niño. La infancia, la adolescencia y la edad adulta no son las mismas fases, así que tienes que aprender a escuchar a tus hijos y, aunque algunos de ellos sean "más difíciles" que otros, tienes que ponerte en su lugar.
4. Sentimientos: los sentimientos, especialmente en la adolescencia, son un tema muy delicado. Esto se debe a que en ese grupo de edad de 11 a 17 años, los chicos tienden a interiorizar lo que sienten, no a hablar de lo que piensan o de lo que les preocupa. Sin embargo, si has creado un gran vínculo con ellos, no será difícil sentarse. abajo y hable de ello todos los días, se sentirán cómodos abriéndose a usted porque siempre han estado acostumbrados a ello.

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La relación entre padre e hijo

Hoy los padres se involucran más en la educación y cuidan a sus hijos para que ya no sea responsabilidad exclusiva de las madres, esto es fundamental para que las familias sean equilibradas y un lugar donde triunfe la igualdad. Es importante que la participación del padre se produzca desde el momento en que nace el niño. De hecho, su hijo notará esta presencia constante porque sentirá la misma confianza en ambos padres. Así, los padres resultan cada vez más atentos, receptivos, interesados ​​en su hijo y pasan mucho más tiempo con él.

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Relaciones sexuales durante la infancia

Ya sean madres o padres, deben dictar reglas y límites desde que sus hijos son pequeños. Debemos ser menos permisivos, porque más adelante en la adolescencia e incluso en la edad adulta será más difícil cambiar algunas actitudes o comportamientos incorrectos.Una relación familiar consolidada y llena de buenos modales es lo que te permitirá tener muchos menos problemas y conflictos. cuando son jóvenes siempre han sido juegos y, más recientemente, tecnología. El uso de videojuegos, redes sociales y en general mucho tiempo frente a la pantalla puede generar ansiedad y tensión, por lo que es importante establecer reglas y horarios para el uso de estos dispositivos.

Gestionar el tiempo libre y los horarios de estudio, para que se acostumbren a una rutina, es otra de las discusiones más frecuentes con las que tendrás que lidiar. Nuevamente, decide las reglas junto con tu pareja, para que los niños estén entrenados y organizados. antes de que se conviertan en adolescentes.

Si bien puede resultarle difícil establecer un diálogo entre padres e hijos, es importante lograr una relación de complicidad y equilibrio en el hogar. Gracias a ella, podrás conseguir una relación especial y más cariñosa con ellos, lo que aumentará la buena relación familiar entre todos los miembros.

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Una relación de amistad

Jugar con su bebé y pasar tiempo con él es una forma de que el padre le muestre su amor. A algunos hombres les cuesta decir cosas o palabras de amor, por eso si tú eres uno de ellos lo mejor es intentar abrir la mente y compartir actividades, juegos o momentos de complicidad para demostrarle a tu hijo tu cariño.

Además, muchos niños quieren hacerse notar en diferentes etapas de su vida. A veces puede ser bueno o malo. Poder pasar más tiempo con tus hijos y tener una relación más cercana con ellos hará que sea más fácil fortalecer ese vínculo que te une y también entender las emociones y conflictos internos que puedan experimentar. Los niños necesitan ser escuchados y recibir toda la información sobre la vida que sus padres les puedan dar. Si confía en sus hijos, no necesitará ningún tipo de investigación para obtener más información sobre ellos, ya que tendrá el informe para que todos se lo cuenten.

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La relación de adulto

A pesar de esto, se sabe que pueden existir contrastes latentes entre padre e hijo. El sentimiento de rivalidad aparece alrededor de los tres años: es el complejo de Edipo definido por Sigmund Freud. El niño tiene la impresión equivocada de que el padre quiere ocupar el lugar de la madre y esto le impide tenerla para él solo. Lo ve como un verdadero rival y compite con su padre para alejarlo y ganar el corazón de su madre. El hijo quiere apropiarse del poder y las habilidades del padre. En otras palabras, incluso quiere superarlo.

Sin embargo, este aspecto se puede mitigar hasta desaparecer por completo si existe una buena colaboración entre papá y mamá para que el niño se sienta en rivalidad con nadie, sino parte de una unión sólida y estable: la de la familia. Solo si esta armonía siempre se lleva adelante, la relación con ambos padres será serena y equilibrada, sin preferencia de uno sobre el otro. Esta armonía también se verá cuando su hijo sea adulto: la relación descansará así sobre excelentes cimientos y estará siempre formada por la confianza y el respeto. Podemos decir que no es realmente una amistad, sino una complicidad que dura para siempre, la mejor relación imaginable entre padre e hijo.

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