Placenta: que es el órgano que une a la madre y al niño y para que sirve

La placenta es el órgano temporal creado en el útero para conectar a la futura madre y al feto. Su función es fundamental para la vida del bebé que nacerá, precisamente porque la placenta es el filtro por donde pasan los nutrientes, gases respiratorios, anticuerpos y desechos del bebé. La salud de la placenta es muy importante precisamente para estas funciones, y en función de sus posiciones, a veces atípicas o problemáticas, hablamos de placenta previa, placenta anterior o placenta posterior. Veamos las características generales de la placenta, y los casos en los que presenta anomalías de posición.

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La placenta tiene una función nutricional hacia el bebé y actúa como filtro para cualquier función vital. A través de la placenta, el bebé también recibe sus anticuerpos de la madre y el propio entorno placentario se defiende contra cualquier infección. Algunas infecciones de la madre, sin embargo, se transmiten al bebé, precisamente porque algunas funciones son comunes. La placenta cambia a medida que el feto crece y la presencia de una parte de ella, las vellosidades coriónicas, asegura el contacto entre el sistema arterial y venoso de la madre y el del feto. Otra función importante de la placenta es la producción de hormonas: la primera y más importante es la gonadotropina coriónica, que estimula el desarrollo del cuerpo lúteo que a su vez produce las progesteronas necesarias para el progreso del embarazo.

Placenta previa: síntomas y riesgos del parto

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La placenta, dependiendo de su posición en el útero, puede presentar alguna alteración o dificultad, especialmente en el momento del parto. Uno de los posibles casos es el de la placenta previa: generalmente la placenta se presenta en la parte superior del útero, pero en el caso de la placenta previa se muestra en la parte inferior, cerca del cuello del útero. Por esta razón, la placenta previa también se llama placenta baja. En el momento del parto, la placenta previa puede obstruir el paso hacia el cuello del útero del bebé, especialmente la cabeza y los hombros. De hecho, el mayor riesgo de placenta previa es el de una hemorragia importante en el caso de un parto natural. Desafortunadamente, los síntomas de la placenta previa son invisibles en el primer trimestre, y a menudo se descubre durante la ecografía morfológica del segundo trimestre. Los síntomas de los dos últimos trimestres son principalmente pérdida de sangre, e incluso durante el parto el riesgo es de excesiva En En varios casos, los más riesgosos, la placenta previa se resuelve con una cesárea programada.
La placenta previa también se clasifica como marginal o central. El marginal no implica mayores problemas ni riesgos, pues aunque es bajo no ocluye por completo el canal del parto en el momento de la dilatación cervical y el parto. La placenta previa central, por otro lado, ocluye el canal del parto por completo o casi por completo. Este es el caso cuando un parto por cesárea es seguro y debe programarse.

Placenta anterior y placenta posterior

La placenta, nuevamente según su ubicación, también se puede clasificar como placenta anterior o posterior.La placenta anterior se coloca en contacto con la pared del abdomen de la madre, y al momento del nacimiento no da ningún problema particular. La placenta posterior, en cambio, se coloca en la parte posterior del útero, en correspondencia y proximidad a la columna vertebral de la madre. También en este caso, la posición posterior no implica dificultades para el parto, siempre que la placenta posterior no esté baja, es decir, previa.

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Desprendimiento de placenta: síntomas y consecuencias.

En algunos casos puede ocurrir que se produzca un desprendimiento de placenta: la placenta se desprende del útero antes de que se complete la gestación. Los problemas. Dada su función nutricional para el bebé, una placenta completamente desprendida conduce casi con certeza a un parto prematuro, especialmente para evitar el peligro de muerte fetal del feto. A menudo este fenómeno se produce a partir de la vigésima semana, por lo que el bebé ya está desarrollado y se puede intentar dar a luz. Los síntomas de desprendimiento de placenta son principalmente contracciones intensas y frecuentes, pérdida de sangre, abdominales dolor y una notable reducción de los movimientos del bebé, en estos casos es necesario un control y un diagnóstico precoces.

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La placenta después del parto.

La placenta, dado su valor vital y energético, es muy valiosa. Pero, ¿qué pasa después de dar a luz? La placenta, junto con las demás membranas creadas durante el embarazo, se elimina del útero después del nacimiento del bebé, en esa fase llamada placenta. Incluso el cordón umbilical, gracias a su gran cantidad de células madre, se puede almacenar o donar para crear un banco de células madre que se utilizará para combatir muchas enfermedades de la sangre. La placenta es tan preciosa para la vida del bebé que en los años 70 nació un nuevo modo de nacimiento, el nacimiento del Loto, también llamado nacimiento integral: el bebé, a través del cordón umbilical, no se separa inmediatamente de su placenta, sino que se deja secar esperando que el cable se desprenda por sí solo. De esta forma, el bebé recibiría un parto menos traumático y violento, y podría recibir nutrición y defensas inmunes de la placenta y el cordón incluso después del nacimiento.

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