¿Cómo cuidar las plantas de interior?

La luz

Una planta no puede vivir sin luz. Coloque sus plantas de interior en los lugares más brillantes de la casa, como cerca de las ventanas, especialmente las que dan al este. En invierno, cuando los días se acortan, mantenga las plantas a menos de 1,5 m de las ventanas, para que puedan aprovechar al máximo las pocas horas de luz. La iluminación artificial (tubos fluorescentes, lámparas de mercurio o sodio) le permite colocar plantas incluso en rincones oscuros.

Bueno saber:

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- Trate de proteger sus plantas de la luz solar directa porque los rayos corren el riesgo de quemar sus hojas. Si esto sucede, retire las hojas muertas.

- El polvo impide el paso de la luz, limpia las hojas de tus plantas con regularidad.

- Si sus plantas carecen de luz, tendrán hojas amarillas y tallos que sobresalen hacia arriba.

La temperatura

La mayoría de las plantas de interior se adaptan bien a las temperaturas interiores, sin embargo, trate de no sobrecalentar su hogar y no coloque las plantas cerca del radiador, de lo contrario corren el riesgo de secarse. También evita corrientes de aire, que pueden molestar a las plantas y provocarles un choque térmico.

La temperatura ideal para una planta es de 20 °, sin embargo la mayoría aprecia una temperatura más baja en invierno (entre 15 ° y 18 °) y una variación de 2-3 ° entre el día y la noche. Puede lograr estas variaciones equipándose con una calefacción con termostato regulador.

En verano puedes poner las plantas en el balcón o en el jardín, salvo las pequeñas o frágiles.

La humedad del aire

Muchas plantas sobreviven mejor en un ambiente que tiene entre 70% y 90% de humedad. Como no puede tener este nivel de humedad en la casa, coloque las plantas cerca de un humidificador o coloque algunas bolas de arcilla empapadas en agua en los platillos: al evaporarse, el agua creará una atmósfera húmeda alrededor de la planta.

Cuando hace calor, o si mantiene la calefacción a más de 20 °, rocíe regularmente agua sobre las hojas de sus plantas.

Bueno saber: si el ambiente no es lo suficientemente húmedo, tus plantas crecerán más lentamente, el borde de sus hojas se volverá negro y las hojas tenderán a amarillear y caer. Para remediarlo, humedece abundantemente las plantas con un vaporizador, insistiendo en el reverso de las hojas.

Regando

La frecuencia con la que tienes que regar tus plantas varía en función de la humedad del aire y la temperatura del ambiente. Para regularte tienes que tener en cuenta algunas cosas:

- En comparación con las macetas de plástico, las macetas de terracota permiten que las raíces respiren mejor y retengan el agua por más tiempo, lo que le permite regar con menos frecuencia. Espere siempre hasta que la terracota esté completamente seca antes de regar.

- No riegue sus plantas con demasiada frecuencia: las plantas toleran mejor los períodos secos que las lluvias intensas. Si su planta tiene tallo o tronco, simplemente riéguela cada 15 días, las otras plantas deberán regarse una vez a la semana. Espere hasta que la tierra de la maceta esté seca antes de regar.

- Utilizar siempre agua no calcárea y una hora después de regar la planta, vaciar el platillo. Piense también en un sistema de drenaje, colocando bolas de arcilla o guijarros en el fondo de la olla.


Bueno saber: si una planta ha recibido demasiada agua o, por el contrario, no la suficiente, tendrá hojas amarillas y marchitas. Si su planta necesita agua, colóquela con la maceta en un recipiente lleno de agua. En caso contrario, sacar la planta de la maceta, dejar secar la tierra y plantarla en otra maceta.

El fertilizante: durante el período de crecimiento de la planta, entre marzo y septiembre, se puede utilizar fertilizante, teniendo cuidado de no exceder la dosis prescrita en el frasco.

Trasplante: si las raíces de tu planta están muy desarrolladas, si tu planta no florece lo suficiente o si crece demasiado lento, debes cambiar las macetas. Elija una maceta con un diámetro de 2 a 3 cm más grande que la anterior. Esta operación debe realizarse preferiblemente al final del invierno, antes de la floración.

Las dimensiones: si tu planta tiene ramas muertas, hojas dañadas, ramitas frágiles o flores marchitas, córtalas con unas tijeras.

La tutoría: para apoyar y orientar las ramas de plantas muy grandes se puede utilizar una abrazadera.

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