Caricias

El término caricias indica efusiones y caricias amorosas, incluso íntimas, que estimulan y facilitan la excitación sexual y, a menudo, preparan para una relación sexual real.
Las prácticas de caricias pueden incluir: besos, masturbación mutua y sexo oral, que a menudo se definen precisamente como "juegos previos".
Es una forma cariñosa a través de la cual la pareja comienza a conocerse, a experimentar las prácticas que más intrigan y conducen al placer, y a descubrir su propio cuerpo y el de la pareja.

En algunos casos también hablamos de caricias fuertes ("caricias fuertes" o "empujones") haciendo referencia a comportamientos con un contenido erótico particularmente fuerte, pero siempre sin penetración.

Antes de que averigüemos específicamente qué son las caricias y de dónde vienen, te presentamos este video donde podrás encontrar diferentes formas de cumplir tus fantasías con tu pareja.

Caricias: el origen

La palabra acariciar proviene del verbo inglés a la mascota, que originalmente indica el gesto con el que un ser humano "abraza" a un perro o un gato (mascotas significa mascotas), por ejemplo, acariciando su pelaje. Por extensión, el verbo también se aplica a las caricias y abrazos mutuos entre seres humanos.

Caricias: ¿para que sirve?

Desde un punto de vista puramente físico, las caricias ayudan a aumentar la excitación y por lo tanto asegura que la mujer se lubrica y el hombre tiene una erección, favoreciendo así la penetración. Las caricias son también una oportunidad importante para el conocimiento afectivo, que no solo te permite explorar tus propias zonas erógenas y las de tu pareja, sino que también te ayuda a ganar confianza en una esfera íntima al desarrollar la confianza mutua.

Caricias y virginidad

Muchas niñas temen que al practicar las caricias, puedan perder su virginidad. Generalmente esto no sucede ya que la penetración durante las caricias se realiza con los dedos y si las caricias íntimas son suaves, es poco probable que pierdas tu virginidad. Por otro lado, 'maniobras' particularmente vigorosas y profundas pueden desgarrar el himen, que tiene unos 3 cm de profundidad.

Caricias: los riesgos

Si bien se excluyen las relaciones sexuales con penetración, se debe enfatizar que las caricias no están libres del riesgo de embarazos no deseados o enfermedades de transmisión sexual.

En primer lugar, hay que reiterar la importancia de la higiene: si es mala, es posible contraer algunas enfermedades realmente molestas y en ocasiones difíciles de erradicar, como la pediculosis del pubis (o "cangrejo", un piojo que coloniza la región del pubis cabello), muy frecuentes entre los 15 y 35 años, las infecciones fúngicas, responsables de la micosis cutánea, así como las infecciones por el virus del papiloma cutáneo.

En cuanto al riesgo de quedar embarazada, siempre hay que recordar que incluso cuando la relación no es completa, pero hay contacto entre los espermatozoides y las mucosas o entre los espermatozoides y los órganos genitales femeninos (aunque sea de forma externa), las posibilidades no son nulas.

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