Leche de vaca: ¿sí o no? ¿Cuándo se puede introducir en la dieta del niño?

¡Qué rápido es el progreso de un niño! En los primeros años de vida, el pequeño cambia sus necesidades y crece a gran velocidad. Por ejemplo, el lenguaje comienza a desarrollarse alrededor de los 8 meses, mientras que de 1 a 3 años el niño aprende una media de 900 palabras. Las habilidades lógicas comienzan a desarrollarse alrededor de un año y medio y se completan alrededor de los 4 años. El peso aumenta en un 55%, mientras que la altura aumenta en 21 centímetros (¡casi un centímetro por mes!). Por lo tanto, podemos entender cómo sus necesidades nutricionales también son muy específicas: de 1 a 3 años un niño, en relación con su peso en comparación con un adulto, necesita por ejemplo cuatro veces más hierro, tres veces más calcio y cinco veces más de vitamina. D.

En este período, la nutrición adecuada juega un papel fundamental en el desarrollo y la salud futura del niño. Es importante destacar que los primeros mil días de vida son fundamentales para toda la existencia. Es en el lapso de tiempo desde la concepción hasta los dos años cuando se sientan las bases para el bienestar de los años futuros. La Organización Mundial de la Salud recuerda que una nutrición adecuada en el primer período de vida contribuye a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. En esta delicada fase, la leche es un alimento fundamental.

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La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante al menos los primeros 6 meses de vida y, en todo caso, el mayor tiempo posible, según los deseos de la madre y el bebé. En ausencia de leche materna, la mejor elección, siempre siguiendo las indicaciones del pediatra, es la leche específica para la infancia, el niño no es en realidad un “adulto pequeño” y, por tanto, la alimentación debe ser a medida.

La nutrición diaria debe proporcionar un nivel adecuado de todos los nutrientes principales. Por eso, según los especialistas, la leche de vaca, baja en hierro pero demasiado rica en proteínas, no es apta hasta al menos el 12º mes.

El hierro juega un papel importante en el desarrollo del cerebro y las capacidades cognitivas. Al nacer, un recién nacido tiene una reserva de hierro que le permite satisfacer las necesidades de los primeros seis meses aproximadamente. Posteriormente, es necesario introducir hierro a través de la dieta complementaria. La lactancia materna es suficiente para mantener un equilibrio adecuado en la ingesta de la sustancia. Posteriormente, el hierro que aporta la dieta complementaria se vuelve imprescindible.

Sin embargo, estudios recientes muestran que muchos niños en la mayoría de los países europeos están expuestos a una nutrición desequilibrada. El requerimiento de hierro de un niño, como hemos visto, es cuatro veces mayor que el de un adulto, en proporción al peso. La leche de crecimiento, dentro de una dieta diversificada, puede ayudar a proporcionar un suministro adecuado del mineral precioso. También por este motivo, muchos expertos sugieren no introducir la leche de vaca antes de los 24 meses.

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