Cómo cuidar un bonsái: los consejos a seguir

En los últimos años, los bonsáis, pequeños árboles en miniatura que viven en macetas y requieren una serie de precisas precauciones para su cuidado, están teniendo mucho éxito como plantas de interior y exterior. De hecho, a diferencia de otras plantas, resistentes y que necesitan poca atención, el cultivo del bonsái es un verdadero arte, una práctica que requiere tiempo y dedicación. Sin embargo, cultivar y cuidar un bonsái no es imposible, de hecho: una vez que entiendas qué necesita la pequeña planta, será un placer tenerla en casa y dedicarte a su mantenimiento.

Hemos recopilado los mejores consejos sobre cómo cuidar un bonsái, ¡perfectos para aquellos que normalmente no son expertos en jardinería y para aquellos que se acercan a esta especie de árbol por primera vez!

Que bonsái elegir

La planta de bonsai es originaria de China, pero su cultivo y el arte asociado a ella se han convertido en un símbolo de Japón. El término bonsai deriva del japonés, de la "unión de"bon", o" jarrón ", y"sabes", palabra que significa a la vez" plantar "y" educar ". Desde el nombre, por tanto, entendemos cómo el mantenimiento del bonsái no se puede conseguir si no se siguen unas reglas precisas y se las aplica todos los días con amor y pasión.

La mayoría de los bonsáis de interior y exterior proceden de zonas con un nivel de humedad muy alto y un clima tropical, decididamente diferente al nuestro. Dado que ya son plantas particularmente delicadas, generalmente se recomienda a los principiantes el bonsai ficus ginseng, un árbol pequeño capaz de adaptarse a diferentes condiciones climáticas. Además del ficus, otras especies aptas como primer bonsái son la zelkova, la crassula, la carmona macrophylla o la sagerezia, todas variedades muy bonitas estéticamente por la forma y color de sus hojas y que son menos exigentes de cultivar.

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Consejos sobre cómo cuidar un bonsái

Aunque existen varias especies, es posible encontrar trucos habituales para el cuidado de todos los bonsáis. El primer factor fundamental para la supervivencia de estas plantas es sin duda la luz: tanto en interior como en exterior, encontrar la posición adecuada para el bonsái ya es un gran paso adelante. No debemos olvidar cuándo y cómo regarlo, los tiempos correctos de fertilización, poda y trasplante. Veamos a continuación cómo no cometer errores.

1. Exposición a la luz

Ya sea ficus ginseng o alguna otra variedad, los bonsáis necesitan luz. Deben colocarse en una zona bien iluminada de la casa, donde, sin embargo, no reciban directamente los rayos del sol. Un buen compromiso podría ser el alféizar de una ventana con las cortinas corridas o una situación similar. La necesidad de luz del bonsái se explica por el fenómeno de la fotosíntesis de la clorofila: sin la iluminación adecuada, este proceso esencial para la vida de la planta no puede tener lugar y hace que se deteriore rápidamente.

Un bonsái de interior se puede colocar al aire libre durante el verano y los meses más cálidos, siempre que elija un área sombreada, luminosa y fresca. Al estar afuera en el verano, el árbol pequeño desarrollará un follaje aún más verde y más verde. , hay que recordar que no tolera el frío y el duro clima y, por ello, es importante traerlo de vuelta a casa inmediatamente en cuanto se sientan los primeros resfriados.

En casa, el bonsái no debe ponerse en contacto con fuentes de calor directo, como radiadores, estufas y chimeneas, porque son perjudiciales para la planta. Las fuentes de calor, de hecho, secan excesivamente el aire y dañan las raíces del bonsái a medida que se calienta la tierra para macetas. Para que tu planta tenga el nivel de humedad adecuado, es recomendable colocar la maceta de bonsái sobre un platillo con arcilla expandida en la base y una pequeña cantidad de agua, que genera humedad por evaporación.

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2. Riego

Un bonsái de interior como el ficus ginseng debe regarse una vez cada tres días. Sin embargo, durante los meses más calurosos, es necesario rociar agua sobre las hojas todos los días para refrescarlas y asegurar que se mantengan verdes, sin secarse. Al regar el bonsái, siempre es recomendable comprobar que no se forma agua estancada. puede hacer que las raíces se pudran. El riego debe hacerse con cuidado para que todo el sistema radicular reciba el agua, el mejor método es utilizar una regadera con una abertura fina o riego por micro-goteo. En ambos casos, se evita la fuga de la capa superior del suelo.

En general, para saber si tu bonsái va a ser regado o no, basta con rascar un poco la tierra de la maceta: si se desprende, significará que la tierra está seca y es necesario regar la planta con una pequeña cantidad. de agua.

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3. Fertilización

Para algunas plantas este procedimiento es más o menos insignificante, pero para el bonsái es de fundamental importancia. De hecho, dado que su crecimiento se produce en una maceta pequeña y en una cantidad muy limitada de suelo, necesita recursos nutricionales que le vengan del exterior. De esta forma, la fertilización del "árbol" debe ser regular en el tiempo y debe ser comenzó cuando la planta todavía está creciendo y luego continuó hasta el período "inactivo".

Los fertilizantes deben administrarse una vez cada dos semanas. Hay muchos tipos de fertilizantes en el mercado: los expertos en jardinería suelen recomendar fertilizantes líquidos o solubles en lugar de fertilizantes granulares, que son más difíciles de dosificar en una maceta pequeña.

4. Poda

Otro procedimiento que no debe olvidarse es la poda. Los bonsáis deben podarse en un período más o menos corto, dependiendo de cuánto tiempo parezca crecer su follaje. Especialmente aquellos que son principiantes deben podarlos siguiendo su forma original, utilizando unas tijeras o tijeras, mejor esterilizadas antes de usarlas, durante la poda se eliminan los brotes sobrantes y la planta se mantiene sana.

En este sentido, para el bonsái no solo hablamos de poda sino también de atado o hilado. Estos términos indican la técnica que da forma al árbol en miniatura. El spinning se obtiene entrelazando las ramas del bonsái o interviniendo en el tronco haciendo una curva en C. Es precisamente a través de la poda y el spinning que puedes darle a tu bonsái el estilo que más aprecias. Existen diferentes estilos de bonsái de hilado y crecimiento, aunque los más famosos son los de roca, bosque y cascada.

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5. Trasplante

El último paso de nuestra guía sobre cómo cuidar un bonsái es trasplantarlo. Estas plantas necesitan ser trasplantadas más o menos una vez cada tres años, porque el tiempo de crecimiento de sus raíces es bastante lento. En cualquier caso, es bueno verificar periódicamente la situación de la base de la raíz, porque las raíces pueden crecer de manera diferente según la especie de árbol. Al trasplantar un bonsái, también debes podar este último, eliminando los más grandes.

En cuanto a las otras plantas, el trasplante se realiza a principios de primavera o, en cualquier caso, en un período de "latencia". De esta forma las raíces cortadas podrán "curarse" pronto, en cuanto el árbol comience a crecer nuevamente, y le dará vigor a la copa, que aparecerá con hojas más verdes y brillantes.

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