7 razones por las que la mantequilla es tu amiga y no debe ser demonizada

¿Te sientes culpable de solo oír hablar de la mantequilla? ¿Te imaginas ya la grasa asentarse en tus caderas y glúteos? Es culpa de 50 años de demonización de este preciado y natural alimento que ahora - por fin - es reevaluado por nutricionistas, estudiosos, cocineros y chefs estrella que, en el año de la Expo 2015, decretan su rehabilitación definitiva.

Y solo en los últimos días se debatió en Milán durante una conferencia titulada "El gran rescate de la mantequilla", durante la cual también intervino el Prof. Pier Luigi Rossi, médico especialista en Ciencias de la Alimentación, Davide Scabin, chef de múltiples estrellas. By Combal Zero y Marianna Vitale, chef del restaurante Sur.

Entonces, ¿por qué tienes que traerlo de vuelta a tu mesa? Aquí hay 7 buenas razones para hacerlo de inmediato.

1. Es natural

La mantequilla es una emulsión de agua y moléculas de lípidos. Es un alimento natural cuya naturaleza nutricional lo hace bien tolerado incluso por quienes padecen alergias alimentarias.

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2. Es rico en vitamina D

La mantequilla es un alimento bien digerible, con muy poca lactosa y rico en importantes vitaminas (A, E, K). No solo eso: es uno de los pocos alimentos que contiene vitamina D, hoy definida como una hormona por su acción igual a las hormonas esteroides. La vitamina-hormona D actúa sobre la integridad de los huesos, y las investigaciones científicas más innovadoras han destacado su papel de liderazgo también en el sistema inmunológico.

3. Es importante para el crecimiento

Los ácidos grasos (incluidos Omega 3 y Omega 6) contenidos en la mantequilla mezclados contribuyen al crecimiento y la renovación continua de las células de los organismos vivos. La mantequilla es, por tanto, un alimento vital, apto para un organismo en rápido crecimiento, como un niño o un adolescente, además de ser un valioso aliado para los músculos en quienes realizan actividad física.

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4. Tiene menos calorías que el aceite

Desde el punto de vista nutricional, una porción de 10 gramos de mantequilla aporta menos calorías que la misma dosis de aceite de oliva virgen extra: 75 calorías para la mantequilla, 90 calorías para el aceite. ¿El motivo? La mantequilla, al ser una emulsión, contiene unas 15 % de agua, mientras que en aceite no hay agua, solo grasa.

5. ¡Es bueno!

La leche es una de las obras más maravillosas y complejas de la naturaleza. Fundamental para la vida. La mantequilla es la parte más noble, en la que reside todo su poder energético, aromas y sabores.

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6. Satisfacete más

La mantequilla contiene grasas animales, que son naturales y, por tanto, mejores que las vegetales, también porque dan casi inmediatamente una sensación de saciedad.

7. ¿Es anticáncer (tal vez)?

Según estudios recientes, incluso parece que la mantequilla es útil para combatir el cáncer ya que contiene un ácido graso anticancerígeno que producen las vacas cuando comen pasto.

Luz verde, por tanto, a la mantequilla en sus platos. Eso sí, siempre con moderación, y eligiendo uno elaborado con materias primas de alta calidad como, por ejemplo, el del Grupo Brazzale, elaborado con nata centrífuga muy fresca y batida en las 24 horas siguientes al ordeño.