Leche artificial

La leche artificial es un alimento que se utiliza para alimentar a los bebés en los primeros meses de vida. Si no es posible amamantar, se utiliza este tipo de biberón, que es la única alternativa válida a la lactancia. Solo el pediatra puede indicar el tipo de fórmula infantil: hay muchas en el mercado y varían de tal manera que el niño debe poder tomar la que más le convenga.

Para proteger al recién nacido, existen controles estrictos sobre la fórmula infantil para garantizar que no puedan surgir problemas futuros como alergias o dolencias. Normalmente la fórmula infantil que se debe dar a los bebés hasta los 5 meses es la fórmula adaptada o de partida (número 1), que es la más parecida a la leche materna, enriquecida con lactosa, olisacáridos, grasas (vegetales), vitaminas y minerales. Después del sexto mes de vida, se puede administrar la leche de continuación (número 2), que tiene menos lactosa, es rica en hierro y se parece más a la leche de vaca. A partir de los 12 meses es necesario pasar a la leche de crecimiento, siempre dietética, pero compuesta por leche de vaca con vitaminas y sales minerales.

A partir de este período el bebé puede tomar leche de vaca porque su sistema digestivo está casi completamente desarrollado. También existen tipos de leche para prematuros o bebés de bajo peso, particularmente rica en proteínas, que permite una rápida recuperación del crecimiento y se indica con el número 0. También existen en el mercado leches artificiales líquidas (más prácticas), que deben consumirse dentro de las 48 horas, deben conservarse en la nevera una vez abiertas, y las leches en polvo deben consumirse dentro de los 15-20 días. Si el niño no termina la comida, es recomendable no volver a usarla más tarde. Al comprar un paquete, obviamente debe verificar cuidadosamente la fecha de caducidad del producto.

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Si el niño no tolera un determinado tipo de leche, se le puede dar leche dietética, por ejemplo la sin lactosa, que evita los cólicos gaseosos, o la artificial H.A. para aquellos niños que sufren de alergia a las proteínas de la leche, pero es más caro y no sabe bien. Una alternativa válida es la leche de soja, cuando el bebé es alérgico a las proteínas de la leche de vaca o en caso de enfermedades intestinales. Por último, también existe la leche anti-regurgitación con sustancias añadidas que mejoran el problema de los vómitos.

Para la preparación es necesario respetar unas pequeñas reglas de higiene: manos limpias así como la ropa usada y precisión en las dosis, ya sea leche en polvo o líquida. Para la leche en polvo es bueno utilizar agua sin gas con bajo contenido en minerales, con un modesto contenido en sales minerales para no alterar las propiedades de la leche artificial; si quisiera usar agua del grifo, tendría que hervirla y luego dejarla enfriar.

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