Impétigo

El "hágalo usted mismo" en algunos casos puede resultar perjudicial, mientras que, por el contrario, una terapia tópica prescrita por el dermatólogo, incluso localizada, puede solucionar el problema sin tener que recurrir necesariamente a los antibióticos. Tras un breve período inicial el impétigo se propaga a menudo a otras partes del cuerpo, generalmente en las áreas más expuestas de la piel, como la cara, piernas y brazos, con ampollas redondeadas o erosiones (abrasiones superficiales), que pueden causar picazón.

El impétigo no ampolloso es la forma más frecuente (alrededor del 70% de los casos), que afecta principalmente a niños menores de 10 años. Al principio se manifiesta con vesículas o burbujas. Estas pequeñas lesiones estallan y en pocas horas liberan su contenido y se secan, formando luego una costra. Es una infección superficial, que por tanto no produce fiebre, pero es muy contagiosa y está en el origen de pequeñas epidemias en jardines de infancia y escuelas. Sobre todo, conviene mantenerlo bajo control en la playa.

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El impétigo bulloso también puede presentarse en pieles sanas, afecta con mayor frecuencia a recién nacidos y lactantes. La lesión inicial es una gran ampolla que luego se multiplica y se extiende. Por lo general, no aparece ni fiebre ni dolor, pero se aconseja buscar atención médica. Impétigo bulloso se propaga a través de pequeñas epidemias en las salas de maternidad y jardines de infancia, y la transmisión del germen a menudo ocurre a través de las manos del personal de salud. El contagio es muy fácil y puede ocurrir por contacto directo (con un niño o adulto infectado) o por contacto indirecto ( a través de un objeto infectado de una persona enferma) Las bacterias que causan el impétigo pueden ingresar a través de una herida en la piel, como la que proviene de cortes y raspaduras y en correspondencia de las aberturas nasales.

Es necesario tomar precauciones para evitar la propagación de la infección: lavar al niño al menos una vez al día, medicarlo dos veces al día y vendar las lesiones, mantener las uñas del niño cortas y limpias haciéndole lavarse las manos con frecuencia, cambiar la toalla con frecuencia y lavarse las manos después de aplicar la pomada. Un niño con impétigo no puede asistir a la escuela hasta al menos 24 horas después de comenzar la terapia para evitar la infección.

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