De la mentira a la mitomanía

Todo el mundo miente

Según un estudio estadounidense, en promedio, solo se dicen dos mentiras al día ... ¡Sin mencionar que, en particular, la gente tiende a mentir para responder los cuestionarios! El objetivo es dar una buena imagen de uno mismo, ser apreciado por los demás, esto es lo que en psicología se denomina “deseabilidad social”.

De nada sirve negarlo, todos mentimos de vez en cuando. La mentira es necesaria tanto en la vida social como en las relaciones más íntimas. ¡Pero eso no significa necesariamente que seamos malvados manipuladores! Lo importante es ser consciente de la amoralidad de la mentira. Esto es lo que distingue al mentiroso ocasional del crónico, que miente con naturalidad, sin tener problemas.

Ver también

Frases de condolencia: desde las más formales hasta las adecuadas para amigos y familiares

Frases extraídas de las canciones más bonitas: los mejores versos de amor y sobre la vida

Al mismo tiempo, continuamente nos vemos obligados a confrontar las mentiras de los demás, sin necesariamente darnos cuenta. Además, a menudo no intentamos averiguar más porque tememos la verdad que estas mentiras pueden estar ocultando.

Las pequeñas mentiras

La mayoría de las mentiras que forman parte de la vida cotidiana son actos casi instintivos, pero son casos aislados generados por motivaciones reales.

Mentir forma parte de las convenciones sociales, que dan lugar a mentiras desinteresadas. No es por deshonestidad que no decimos la verdad, sino para proteger a los demás. Decimos lo que están dispuestos a escuchar. Según algunos psicólogos, este es uno de los secretos de una buena comunicación.

Sin embargo, otros especialistas, como el psicoterapeuta estadounidense Brad Blanton, afirman lo contrario. Piensa que debemos ignorar el juicio de los demás y tener el valor de decir siempre lo que pasa por nuestra mente, sin censurarnos a nosotros mismos ... ¿El propósito? Hacer relaciones verdaderamente auténticas, para que podamos conocernos mejor a los demás y a nosotros mismos.
Entonces hay mentiras egoístas, auelle decimos para realzarnos, para parecer más interesantes. Aquellos que amplifican nuestras cualidades y minimizan nuestros defectos.

Y luego estan mentiras inventadas para evitar conflictos, para protegerse o evitar el castigo ...

Mitomanía

Hablamos de mitomanía cuando la mentira se vuelve patológica. Las causas de la mitomanía a menudo se pueden encontrar en un choque emocional, un fracaso profesional o un evento tan negativo que es imposible que la persona que lo experimentó lo acepte. Así, esta última se encuentra escapando de la realidad que la hace sufrir, inventando otro mundo más sereno, hecho de mentiras.

No todos los adictos a los mitos se parecen. El psiquiatra Ferdinand Dupré, de hecho, distinguió cuatro tipos de mitomanías: la vano (persona fanfarrona), que errante (persona que sigue huyendo), que maligno (compensación de un complejo de inferioridad mediante neoplasias) y, finalmente, que perverso (mintiendo para aprovecharse de los demás).

El mitómano no es consciente de su propio trastorno psíquico. Las personas que lo rodean deben intentar persuadirlo para que consulte a un especialista.

Sin embargo, hay que decir que no existe una cura real. Solo un análisis psíquico puede ayudar a esta persona a encontrar las causas ocultas de su enfermedad, a encontrar una salida hacia la recuperación.

Etiquetas:  Estrella Realidad Moda