¡Ayuda, me sonrojo!

No escuches tus sentimientos

Tienes fobia a sonrojarse, a la menor emoción temes enrojecer: sofocos, palpitaciones, manchas en la piel. En realidad, a menos que esté frente a un espejo, no sabe si se está sonrojando o no, entonces no se asuste, solo lo empeorará.

Acepta tus emociones

No tienes que avergonzarte de expresar tus emociones, ¡aunque sea de forma involuntaria! Despréndete y aprende a demostrar lo que sientes sin vergüenza, verás que poco a poco tus miedos se desvanecen.

Aprender a respirar

Cuando te enfrentas a una situación intimidante tu cuerpo manifiesta tu miedo y tu estrés, tus emociones se apoderan de ti y te paralizan. Ha llegado el momento de recuperar el control de la situación. Haz algunos ejercicios de respiración todos los días, en un lugar tranquilo y durante al menos 5 minutos: inhala con la barriga y exhala profundamente. También puede disfrutar del yoga.

La próxima vez que tenga la impresión de sonrojarse, relájese, respire profunda y tranquilamente y, para aliviar la tensión, piense en algo agradable.

Crea un desvío

¿Estás empezando a sonrojarte? Muerde el interior de la mejilla o pellizca el lóbulo de la oreja: el cuerpo se concentrará en el dolor y olvidará la ansiedad del momento.

Distanciarse

Estás paralizado por el miedo al ridículo y le das demasiada importancia al juicio de los demás, te asaltan los pensamientos negativos en cuanto te sientes en problemas: "Nunca lo lograré", "Mis ideas no interesan a nadie", "Nunca me tomarán en serio"… Piensa objetivamente: ¿de verdad crees que todo el mundo te está mirando? Relativiza: no estás en el centro del mundo.

¿Necesitas ayuda?

Si su problema persiste a pesar de nuestros consejos y simplemente no puede soportarlo más, consulte a un médico, dermatólogo o especialista en timidez.

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