5 buenos hábitos que ayudan a mantener a los niños alejados de las dolencias estacionales

Resfriado, tos, gripe, dolor de garganta y así sucesivamente: ¡la temporada de dolencias está por comenzar! Se sabe que la transición del verano al otoño es bastante delicada, especialmente para los niños, que tienden a enfermarse con mayor facilidad.

Así que comience de inmediato con algunos pequeños movimientos para incluir en su vida diaria que puedan ayudar a sus hijos a sobrellevar mejor la llegada de la estación fría.

Antes de descubrir los pequeños pasos para ayudar a tus hijos a afrontar la llegada del invierno de la mejor forma posible, te recomendamos en este vídeo, pequeños trucos diarios para protegerlos de los gérmenes.

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1. No lo cubras demasiado de inmediato

Las temperaturas bajan unos grados y, aterrorizado por la idea de que tu hijo pueda tener frío, ¿lo vistes con todo tu guardarropa de invierno? ¡Nada más malo! Los niños tienen la misma temperatura corporal que los adultos, no es necesario cubrirlos excesivamente los primeros días fríos. De hecho, basta con cubrirlos un poco más sin exagerar, adaptando la ropa según el tipo de día en curso. ., con un clima impredecible como el del cambio de estación, siempre tienes miedo de que vistiéndoles demasiado puedan sudar y vistiéndolos muy poco puedan enfermarse ...

La solución en estos casos es la clásica ropa "cebolla", es decir, en capas: poner siempre una camiseta de tirantes de algodón, luego una camiseta, un jersey -más o menos pesado, según el día- y luego una chaqueta (mejor si impermeable por si hay peligro de lluvia o viento), junto con una bufanda ligera (¡guarda la lana para el invierno!), ¡y listo! De esta forma tu bebé evitará sudar demasiado y, si tiene calor, puede quita fácilmente algunas capas sin demasiados problemas.

2. Recuerde ventilar las habitaciones para evitar el aire viciado

Este simple hábito puede ayudarte mucho en la prevención de dolencias estacionales no solo para tu hijo, sino para todos los habitantes de la casa, ¡incluyéndote a ti! El cambio de aire en las diferentes habitaciones es fundamental para permitir la liberación de microorganismos nocivos. Recuerde dejar las ventanas abiertas durante al menos veinte minutos, para que se pueda completar el reemplazo.

Presta atención a la temperatura de la habitación: aunque haga frío afuera, no debe ser superior a 22 grados, porque el calor excesivo favorece la proliferación de virus y bacterias. Pon una capa extra sobre tu hijo y baja un poco la calefacción. También le ayudará a no hacer el voladizo cuando tenga que salir. Recuerde también, si es fumador, nunca fume en casa: fumar le hace daño al bebé, hace que sus vías respiratorias sean más frágiles y lo expone más a dolencias.

3. Comience a usar un inmunoestimulante para su bebé temprano

Las defensas inmunitarias representan un verdadero escudo contra la agresión de agentes externos. Por lo tanto, apoyar las defensas inmunológicas de su bebé es de suma importancia.

Juegue con anticipación sobre las dolencias estacionales y luego comience a darle a su hijo un inmunoestimulante lo antes posible. Elija un complemento alimenticio a base de Vitaminas C, D, E y también Zinc, todos elementos esenciales para el normal funcionamiento del sistema inmunológico.

4. Respeta sus ritmos

El cambio de estación no es fácil para nadie, ni siquiera para un niño. Cuídate de respetar sus ritmos de adaptación a la nueva rutina de otoño, sin forzarlo demasiado, sobre todo cuando te das cuenta de que está muy cansado.

La fatiga y el estrés, de hecho, reducen las defensas inmunológicas del cuerpo y lo exponen más fácilmente al ataque de virus y bacterias. Asegúrate de que el momento del despertar no sea demasiado traumático para tu hijo: permítele hacer las cosas con calma por la mañana - por ejemplo, un desayuno tranquilo para disfrutarlo en compañía - para que tenga el tiempo necesario para despertarse por completo, sin ser catapultado en la rutina diaria de manera demasiado abrupta. A veces, poner la alarma un poco antes, para poder hacer todo sin excesiva prisa, te permite salir de la mejor manera, ¡sí aunque duermas diez minutos menos! Entonces prueba, si es posible y si tu bebé aún es pequeño, darle siempre una siesta por la tarde y, aunque sea mayor, no obligarlo a acostarse demasiado tarde, garantizándole al menos 9-10 horas por noche. La regularidad es fundamental, y poco a poco podrá ir consiguiendo acostumbrado a los nuevos ritmos que exigen la temporada otoñal.

5.Hazle un buen jugo de naranja todas las mañanas.

Adquiera el buen hábito de exprimir naranjas frescas todas las mañanas para su hijo (¡y por qué no, usted también!). El zumo de naranja es una auténtica panacea contra las dolencias estacionales. Ayudará a su hijo a abastecerse de vitamina C, el nutriente que más que cualquier otro tiene la capacidad de fortalecer el sistema inmunológico y prevenir la gripe y los resfriados.

Un jugo de naranja también contiene sales minerales y vitaminas B1 y B2, que ayudan a reducir el cansancio y la fatiga. Descubra de inmediato cuáles son los otros alimentos que fortalecen las defensas inmunológicas para integrarlos en su dieta:

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