Mujeres en la comunicación: entrevista con Giovanna Scutari

La mayoría de edad es sin duda un hito importante, tanto para una persona como para una marca y, en este caso tan particular, para el nuestro.
Cuando la mujer cumple 18 años, hemos decidido poner en marcha un proyecto de empoderamiento de la mujer que se centra en las mujeres que trabajan en el campo de la comunicación.
Giovanna Scutari, Jefa de Relaciones con los Medios de Dentsu Aegis Network Group y Presidenta de Amplifi Italia, nos respondió 5 preguntas importantes, hablándonos sobre cómo "empoderamiento" se refiere a la capacidad de las mujeres para disfrutar de sus derechos.

1. ¿Cómo es "ser mujer" en el mundo laboral?

Ciertamente cansado, incluso hoy, porque siempre tenemos que demostrar que estamos a la altura del papel, tenemos que trabajar más duro que un hombre. Todavía no estamos en la famosa y completa igualdad. No somos iguales a los hombres, especialmente los hombres. No lo creo. Pero personalmente, hoy como ayer, nunca me he preguntado el problema de no poder hacer algo como mujer. No debes tener miedo de decir lo que piensas, yo ni siquiera tenía 20 años. Nunca debes bajar la cabeza y, además, tienes que estar decidido a conseguir lo que quieres, sin renunciar a tu forma de ser. El secreto es tener una gran determinación, siempre y en cualquier caso.

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2. ¿Qué fue el "empoderamiento de la mujer" para ti a los 18 años?

Estamos hablando de años de gran contienda, en los que las mujeres eran consideradas subordinadas a los hombres y en los que se iniciaba el camino de la emancipación. La desigualdad salarial, así como otras condiciones similares, fueron y son, pero hay que aprender a no sentirnos nunca. Inferior a un hombre, sea cual sea el rol que desempeñe. Tal vez a las mujeres nos cueste más hacer carrera, pero es culpa de una herencia cultural obsoleta que persiste, a pesar de todas las batallas.

3. Tres palabras que hoy asocias con "empoderamiento de la mujer"

El porcentaje de mujeres en funciones clave sigue siendo demasiado bajo. Pero también porque las mujeres cargan dentro de sí una condición que es hija del patrimonio cultural. Las mujeres tenemos que sacudirnos una condición que ya no es actual, ligada a una mentalidad obsoleta. Además, debido a que el empoderamiento es un proceso, no es un producto, y los procesos suelen ser largos. El “empoderamiento” se refiere a la capacidad de las mujeres de gozar de sus propios derechos: derechos de todo tipo, electorales, económicos, sociales, y las mujeres debemos estar convencidas de ello en primera persona.
Solo así podemos emanciparnos de esa imagen reflejada del pasado que en realidad está desactualizada, debe serlo.

4. ¿Qué le recomendaría a usted ya los jóvenes de 18 años de edad de hoy?

Hoy el empoderamiento ciertamente está destinado a cambiar las relaciones de poder en diferentes contextos de la vida, de eso no hay duda, se han hecho muchas cosas. Sin embargo, si una mujer quiere tener un papel importante en el mundo laboral actual, debe aprender a asumirlo, a hacer de su colega una verdadera compañera, sin ninguna aptitud para la subordinación. Mi consejo es "siéntese en esa mesa y no se levante antes de irse". Hay que ser combativo, tener voluntad de hierro y tener las ideas muy claras. Para los jóvenes de 18 años de hoy, recomendaría confiar en modelos de construcción, que son menos vacíos que algunos de los actuales.

5. ¿Cuánta necesidad hay de hablar hoy sobre el empoderamiento de las mujeres y qué se debe hacer?

La mujer gerente de hoy no es un resultado ocasional, sino el resultado de una guerra compuesta por muchas batallas ganadas pero también perdidas. Hoy el mundo del trabajo de las mujeres ha cambiado. Hoy hay un rol, lo vemos todos los días. Pero aún queda mucho por hacer. Nunca debemos bajar la guardia, incluso si siempre tenemos que demostrar algo más que un hombre. Incluso si pudiera mantenerse una condición de disparidad, al menos en la dinámica, tenemos todas las características para hacerlo. Y es que somos más equilibrados y dinámicos, estamos acostumbrados a gestionar los niños, la casa, el mundo laboral. Estamos acostumbrados, por naturaleza, a hacer muchas cosas al mismo tiempo. Y esto es y siempre será una gran ventaja.

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